CONSERVACIÓN DE ENERGÍA

Se entiende por conservación de energía cualquier reducción en el consumo de energía eléctrica que resulte de cambios en los patrones de consumo de energía de los consumidores. Es la acción tomada mediante el uso de algunos equipos y la modificación de hábitos de consumo para evitar el desperdicio de energía cuando no está siendo utilizada. Un ejemplo de conservación de energía puede ser, apagar la luz o el acondicionador de aire en una habitación cuando no hay nadie en ella, ya sea de forma manual o automática.

La conservación y uso eficiente de la energía nos beneficia a todos. De esta forma evitamos la construcción de nuevas plantas generatrices, además de reducir el uso de combustibles fósiles en las plantas ya existentes, mejorando así la calidad de nuestro ambiente. De igual forma, la conservación de energía redunda en ahorros en la factura por el servicio eléctrico.

En ocasiones, el concepto de conservación de energía tiende a ser confundido con la eficiencia energética. Distinto a la conservación de energía, más bien dirigida a los hábitos y patrones en el consumo de energía, la eficiencia energética se trata de la disminución en el uso de energía atribuibles al reemplazo de enseres y equipos, modernización de tecnología o a una mejor operación de materiales y equipos existentes.

CONSEJOS PARA CONSERVAR ENERGÍA EN NUESTRO HOGAR

  • Apague las luces, abanicos, aires acondicionados y/o cualquier otro electrodoméstico de una habitación al abandonar la misma.
  • Reduzca el uso del calentador de agua en los meses de verano.
  • Utilice equipos tales como interruptores, sensores (o timers) para controlar el uso de estos electrodomésticos.
  • Sustituya los electrodomésticos ineficientes por electrodomésticos de alta eficiencia.

Estos cambios requiren de una inversión inicial; sin embargo, tendrán el efecto de reducir sustancialmente su factura de luz.